¿Quién ganó las elecciones: el pueblo o la derecha neoliberal? Víctor Rodríguez Paz.
En estos últimos cinco años el conjunto de las compañías mineras se llevaron con largueza a sus países más de 45 mil millones de dólares limpios de polvo y paja y aquí tributan sólo mendrugos, porque gobiernos venales como el de Alan García, Alejandro Toledo y del japonés ladrón los trataron con una generosidad sospechosa.
A poco más de 15 días del histórico triunfo de Ollanta Humala, la derecha neoliberal está actuando ya con una prepotencia que no demostró ni siquiera cada vez que ganó las elecciones en el pasado. Sus voceros desde la misma noche del 5 de junio empezaron a exigir en todos los tonos que Ollanta les haga conocer quienes serán los titulares de las carteras de Economía, de Energía y Minas, del Interior, la presidencia del Consejo de Ministros, del BCR, y de otros importantes cargos del aparato del Estado.
Para quienes estudiamos la evolución política del país conocemos perfectamente que hasta Alan García –exceptuando al gobierno del general Juan Velasco Alvarado- los ministros de Economía no eran nombrados por los gobiernos como debió ser en una decisión soberana, sino por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que manejen nuestra economía en función de los intereses de ese organismo, de las potencias mundiales y de las grandes corporaciones internacionales, menos en defensa de los intereses del Perú ni de los peruanos.
La derecha neoliberal afirma que necesitan conocer quienes serán dichos funcionarios para generar confianza y tranquilidad entre los inversionistas. Es decir, si estos son hombres que proceden de las canteras neoliberales ello les generará optimismo y su sola presencia atraerá más inversiones al país con lo que se asegurará la continuación del crecimiento económico. “Si no hay inversiones no habrá crecimiento, no se creará nuevos puestos de trabajo, es decir, la economía nacional se estancará y se cobrarán menos impuestos” suelen decir los grupos neoliberales y quienes defienden sus intereses.
Todas estas demandas prepotentes han sido respondidas con el silencio por Ollanta y los voceros del nuevo gobierno, lo que nos indica que estamos frente a un conjunto de hombres y mujeres con autoridad y personalidad que no se arredran frente a los poderosos acostumbrados a que los gobiernos se arrodillen apenas abren la boca. Ello garantiza al pueblo que el Partido Nacionalista está dispuesto a cumplir con sus compromisos contraídos con el pueblo. Y una prueba de ello es el anuncio que el incremento del salario mínimo a 750 soles mensuales será uno de los primeros.
Pero ninguna empresa minera ni sus voceros, ha manifestado interés en mejorar su contribución al desarrollo nacional, pagando el impuesto a las sobreganancias, el canon minero como lo hacen en sus países de origen y no el Estado como ocurre actualmente en el Perú, regalías, salarios dignos y otras obligaciones y derechos. Cómo es posible que la minería en Chile pague el 42 % como impuesto a la renta y en nuestro país sólo 32 %. No debemos olvidar que en estos últimos cinco años el conjunto de las compañías mineras se llevaron con largueza a sus países más de 45 mil millones de dólares limpios de polvo y paja y aquí tributan sólo mendrugos, porque gobiernos venales como el de Alan García, Alejandro Toledo y del japonés ladrón los trataron con una generosidad sospechosa.
También reclaman que se les explique cómo el nuevo gobierno financiará Pensión 65, la elevación del salario mínimo a 750 soles mensuales, el Programa Cuna Mas, el pago del FONAVI, la lucha contra la desnutrición de la niñez, el Programa Becas 18, una mejor pensión para los jubilados, entre otros programas sociales. Esto no es competencia del sector neoliberal, es responsabilidad del nuevo gobierno.
La minería, las grandes entidades bancarias y financieras, las poderosas empresas industriales, la industria pesquera que jamás pagó impuestos, han pegado el grito al cielo cuando Ollanta Humala anunció una profunda reforma tributaria para que tribute más el que gane más. Es decir, la derecha neoliberal se opone a pagar más impuestos para que nada cambie en el Perú y que todo continúe igual. Lo que no entienden es que el pueblo reclama cambios profundos en la estructura de nuestra sociedad y que las grandes empresas que ganan miles de millones de dólares por la extracción de nuestros minerales, gas, oro, plata y otros recursos naturales, compartan parte importante de esta riqueza con los peruanos, que son los verdaderos propietarios, especialmente con los más pobres.
Sobre todo hoy que el precio de estos minerales están por las nubes y el pueblo tiene el perfecto derecho de tener acceso a una educación de calidad para nuestros hijos, a una mejor salud, a la vivienda, a agua y desague, la construcción de carreteras, pistas y veredas, bibliotecas, a empleo digno y con derechos, a gas barato para todos, la que los servidores públicos sean incorporados a planilla y con derechos, los maestros a una Ley de la Carrera Pública Magisterial con derechos y estabilidad, a la eliminación de las “services” y toda clase de contratas, los pescadores al restablecimiento de la Caja del Pescador y que se haga justicia a los pescadores jubilados que no cobran hace 35 meses, que la libertad de expresión sea un derecho de todos y no de unos cuantos.
En el tema donde acaban de sacar las uñas sucias es con la aprobación de la ley 29703 que protege a los funcionarios apristas y de otros partidos y movimientos políticos de los actos de corrupción que cometieron en el ejercicio de sus funciones de los cuales existen muchos en el gobierno que termina, empezando por Alan García. Pero el PNP ya anunció que planteará al próximo congreso su derogatoria, pues disposiciones mafiosas no impedirá la lucha contra la corrupción anunciada por Ollanta Humala y donde el Estado deja de percibir miles de millones de dólares anualmente. En el tema donde sí están tratando de convencer al país utilizando a la prensa corrupta es el pretendido indulto a Alberto Fujimori presentándolo como si estuviera sufriendo un cáncer terminal, lo cual no es cierto. Lo que pretende el fujimorismo es liberarlo empleando una serie de maniobras legales para sacarlo del país y trasladarlo a Japón desde donde será imposible tramitar su repatriación porque ese país no expulsa a sus nacionales y Fujimori es japonés, jamás fue peruano. El indulto es un tema que no está en agenda respondió Ollanta en Uruguay ante una pregunta periodística.
Lo que está tratando la derecha neoliberal es impedir que el nacionalismo empiece el 28 de julio a ejecutar las propuestas que ha planteado al país durante la campaña electoral, bloquearlo y desprestigiarlo. Y para alcanzar estos objetivos invertirá todos los recursos que tiene a su disposición. A través de la televisión, la prensa escrita y las grandes cadenas de radio como RPP, presentarán una oposición terca y antiperuana. Y para ello tienen muchos millones de dólares para comprar más jaimes bayles, hernandos de soto, aldos emes, chichis valenzuelas, jaimes altaus y otros periodistas “libres y democráticos”.
Pero en esta dura lucha Ollanta Humala no estará solo. Los dirigentes, la militancia, los simpatizantes, los amigos del Partido Nacionalista debemos prepararnos para hacer frente a la arremetida que el neoliberalismo y el imperialismo efectuarán contra los cambios que Ollanta ha propuesto en sus visitas a los pueblos del país, porque el triunfo del PNP representa la esperanza de una vida mejor para 20 millones de peruanos y la continuación de los cambios sociales que empezaron hace 12 años en Latinoamérica y la segunda oportunidad después de cuarenta años en nuestro país.
Ayudemos a Ollanta a construir una nueva Patria como la soñaron Bolívar, José Carlos Mariátegui, Tupac Amaru, Juan Velasco Alvarado, Luis de la Puente Uceda y otros ilustres peruanos
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