Está recibiendo diversos homenajes ciudadanos con este motivo
JOSÉ ALDUNATE DESTACADO SACERDOTE JESUITA Y DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS CUMPLE 92 AÑOS
José Aldunate Lyon fue uno de los primeros ‘curas obreros’ en Chile, trabajó con el P. Alberto Hurtado, fue profesor en la Universidad Católica, y se destacó -en la década de los 80- como un infatigable luchador por el respeto de los derechos humanos durante el régimen militar.
Doctorado en teología moral en 1950, en Roma, regresa a Chile al año siguiente integrándose de inmediato a la docencia en la Universidad Católica, donde hace clases hasta 1983. Paralelamente, trabaja con los obreros través de la Acción Sindical Chilena (ASICH). Fue aquí donde conoció y trabajó junto al padre Hurtado, al que sucedió en la dirección de la revista Mensaje, cargo que ejerció desde 1954 hasta 1960.
Tres años más tarde, asume como Provincial de su orden hasta 1968, cuando fuertes vientos de cambio se propagan por Latinoamérica de fines de los ’60 y que al padre Aldunate le tocan muy de cerca con la Teología de la Liberación, aquel movimiento de Iglesia que intentará unir cristianismo y socialismo para una vida buena para todos.
La campaña presidencial de 1969-1970, que culminó con la elección de Salvador Allende el 4 de septiembre del ’70, apuró la formación de instancias de reflexión sobre la Teología de la Liberación, que en nuestro país cristalizaron en la conformación del grupo Cristianos por el Socialismo, en el que participó el padre Aldunate, junto a otros sacerdotes y religiosas de sectores populares.
Es en este contexto socio político del Chile de comienzos de los ’70, con el gobierno de la Unidad Popular en el poder, con los trabajadores sintiéndose representados por el nuevo gobierno, es que algunos cristianos se interesan en reflexionar a la luz de un Jesús liberador y que acompañe el nuevo proceso socio-político que vive Chile.
Los procesos de cambio también tocaban a la vida religiosa; miembros del clero optaban por vivir entre los pobres, entre los trabajadores, en sus campamentos, en sus poblaciones, compartiendo con ellos sus formas de vida y siendo parte de sus vecindarios, como una forma de “estar” en medio del pueblo. Y viviendo como un simple poblador, el Golpe del ’73 encuentra al padre Aldunate en Concepción.
Un testimonio y un compromiso por los pobres y los perseguidos
En la defensa de los perseguidos es que junto Rafael Maroto, Mariano Puga y Roberto Bolton, entre otros sacerdotes, funda el Equipo Misionero Obrero (EMO), con un trabajo centrado en la defensa de los derechos humanos y la lucha no violenta contra la dictadura, y que en su vertiente eclesial se propone que la Iglesia en su conjunto tenga un compromiso más real con el ser humano, especialmente con los más débiles y desfavorecidos; los más pobres.
Más tarde, ya en la década de los 80, el padre Aldunate sigue incansable en su labor en pos de la justicia y de la defensa de los derechos humanos y junto a otros religiosos, religiosas y laicos, forma el Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, a raíz de la inmolación de un padre en Concepción, que reclamaba a la dictadura le devolviera a sus hijos apresados días antes por la CNI. El sacrificio paterno de Sebastián Acevedo, aparte de salvar la vida de sus hijos, fue la llama que encendió la creación del movimiento que llevó su nombre, y del que Aldunate sería su rostro emblemático a nivel mundial.
Homenajes para el P. José Aldunate
Fue en razón de esa trayectoria que diversas organizaciones como la Iniciativa “Más Democracia”, revista “Reflexión y Liberación”, Crónica Digital y, recientemente, la División de Organizaciones Sociales quisieron sumarse a los diversos homenajes que por estos días se le rinden a este sacerdote -cariñosamente llamado Pepe Aldunate- con motivo de su cumpleaños 92.
El homenajeado ha recordado el fuerte impulso a la organización popular a fines de la década del ’60 y comienzos de la del ’70, búsqueda organizativa que “quedó aplastada con el Golpe del ’73 y el gobierno militar, que la revirtió completamente, imponiéndose el temor, el miedo a organizarse y el individualismo”. “Creo que lo verdaderamente imprescindible -concluyó el sacerdote- es la cultura del servicio público, la búsqueda del bien común”.
Ante la pregunta de qué nos falta para ser una sociedad más solidaria, más justa y llegar a ser una comunidad de hombres libres, el padre Aldunate no vaciló en responder: “Nos falta una verdadera reforma al Estado en primer lugar…una profunda reforma constitucional”, expresando a continuación una fuerte crítica al gasto en armamento que nuestro país realiza, al señalar la necesidad de “eliminar el escandaloso gasto en armamento, en tanques, en aviones, en submarinos, teniendo tantas otras necesidades que solucionar en salud, en educación especialmente en educación”.
Reflexión y Liberación
lundi 5 avril 2010
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