vendredi 22 mai 2009

La infamia de unos infames (aparecido en Cultura

Poesía "LA INFAMIA DE UNOS INFAMES", Por Pedro Piñones E-Mail
Publicado por Pedro Piñones
viernes, 05 de octubre de 2007

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El gran dictador paranoico
para otros “capitán general” de bandidos,
que tan grande se creía
a quedado reducido a cenizas, a rastrojos
sus grandes obras, que nadie a visto,
todas sus reformas, espinas clavadas en el alma nacional:
la amnistía para sus criminales
siempre recordaremos al verdugo y sus cadenas.



LA INFAMIA DE UNOS INFAMES

El gran dictador paranoico
para otros “capitán general” de bandidos,
que tan grande se creía
a quedado reducido a cenizas, a rastrojos
sus grandes obras, que nadie a visto,
todas sus reformas, espinas clavadas en el alma nacional:
la amnistía para sus criminales
siempre recordaremos al verdugo y sus cadenas.

Los actos heroicos de este soldado:
matar chilenos y lanzarlos al mar,
es cierto que era heroico
pero heroico de criminal,
sus crímenes fueron monstruosos
su gobierno una calamidad,
del primer al ultimo día.

Todo fue para el capitán general
y su familia
y algunos amigos recibieron las migajas que se caían de la meza
del gran tesoro robado al país,
tesoro que creo el heroico soldado,
que no es nada de ilustre
y pasara a la historia
como un criminal,
un ladrón,
coimero
y mentiroso
vaya hermosa gloria de este salvador,
es un puñado de nada

El festín se acabo
la Lucia en cana
su familia esperando las rejas de las cárceles
en esta media noche de septiembre
las angustias escoriadas
comienzan a ser alumbradas
por el carbón del bracero,
los tiempos infernales
de la dictadura, van cayendo,
entonces podemos reír y cantar,
Aunque la noche siga cayendo desolada.

Cuando el dictador se robaba la mitad de chile
y mataba al resto
nosotros estabamos rodeados de fusiles,
ahora están brotando las penumbras
en la agonía y el final del verdugo.

Comienza a amanecer
y los pies desnudos del pueblo hambriento,
aunque sin fusiles, tiene los puños
y lo mas sagrado
la dignidad para acusar
al ladrón y criminal
a esa bestia de voz de luto,
una botella espera su final
al borde de la meza en este rincón del poeta.


Pedro Piñones Díaz
Septiembre 30, 2005

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