
Un episodio de película vivió el ex lautarista, Jorge Escobar Díaz, cuando trató de ingresar al país para despedirse de su madre, quien padece un cáncer terminal. Desde su arribo a Santiago (miércoles 25, a las 10:49 a.m.), estuvo 26 horas retenido en una sala por la policía de investigaciones –donde debió compartir con quienes antes fueran sus declarados enemigos- y debió tomar un vuelo de ida y regreso Santiago – Sao Paulo, para arribar a Pudahuel a las 10:55 p.m.
La semana pasada, Escobar se enteró de que los médicos daban por perdida la batalla que su madre, Corina Díaz Aguilar, libraba los últimos tres años contra el cáncer. Desde cuando el ex prisionero político supo del primer diagnóstico habría solicitado al Gobierno chileno el permiso para verla, pero no obtuvo respuesta. Ante la inminencia del último pronóstico tomó la decisión de venir, aun cuando su pena de extrañamiento (exilio) se cumple dentro de 5 años (Ver recuadro).
Escobar Díaz fue uno de los dos últimos presos políticos de la dictadura en acogerse a la pena de extrañamiento, en 1994: La solución que la presidencia de Patricio Aylwin le ofreció a 24 miembros del MIR, el FPMR y Mapu Lautaro, que estaban acusados de atentados con víctimas fatales durante el período militar.
El ministro del Interior (s) Patricio Rosende habría anunciado la noche del miércoles que el Gobierno tenía la voluntad política para autorizar el ingreso de Escobar, pero que era una decisión que dependía de Tribunales. Por su parte, en la Corte se anunció que era un caso cerrado y que el implicado se acogió a un decreto presidencial, por tanto era responsabilidad del Ejecutivo. Una respuesta similar se habría recibido por parte del Ministerio de Justicia.
Esta situación dio pie a que Marco Paulsen Figueroa, también ex lautarista extrañado (residente en Bélgica entre los años 93 y 2007, cuando se cumplió su pena), declarara que es una situación en que nadie se quiere hacer cargo de tomar una decisión: “A nosotros se nos sigue castigando porque somos incómodos. Es una democracia que tiene una deuda con quienes luchamos contra la dictadura y esto es la evidencia”, dijo.
La autorización de la Corte de Apelaciones de San Miguel, al fin se dio a las 12:45 de la tarde del jueves, cuando Escobar ya iba volando rumbo a Sao Paulo. Sus familiares corrieron al aeropuerto para comprar un pasaje de regreso y tratar de comunicarse con el capitán del avión, quien se encargó de que se le informara cuando ya arribaron a Brasil.
Jorge Escobar Díaz, al salir del piso internacional señaló que la noche anterior, su madre se había hecho presente en el aeropuerto porque persistía la incertidumbre de si podría entrar al país para compartir con ella. “Nosotros sufrimos un exilio, esto no tiene otro nombre”, señaló. “Es una vergüenza que hayan obligado a mi madre a desplazarse hasta el aeropuerto, en el estado de salud que se encuentra, para que pudiéramos vernos. Pero ahora lo que quiero es disfrutar de su compañía y la de mi familia”, agregó.
Amigos y familiares del ahora ciudadano noruego estuvieron hasta cerca de las 2 a.m. en la casa que se quedó en calma, para dar pie a 30 días de convivencia, luego de 20 años, en libertad y haciendo una pausa en su exilio.
Por César Baeza Hidalgo
RECUADRO
Jorge Escobar Díaz, cuando corría el último año de dictadura, fue acusado por la Justicia Militar de participar en un enfrentamiento en que resultaron una menor y dos carabineros muertos.
Resultado del juicio fue condenado a 25 años de prisión, de los cuales cumplió cinco en prisión, cuando se acogió a la oferta del Gobierno Aylwin de salir a cumplir el resto de su condena en el exilio, bajo la ley de extrañamiento, que era parte del paquete de leyes Cumplido. Faltan cinco para que se cumpla la condena completa.
pedro piñones diaz comentó el 29 de Marzo, 2009 a las 1:02 amBienvenido a tu Chile: JORGE ESCOBAR
Recordando:
Corrían para mí el año 1991 y me encontraba por “esas graciosas cortes marciales de la dictadura” como prisionero político en una celda de la cárcel de San Felipe, acusado y procesado sin ninguna prueba por el fiscal militar de San Felipe: Héctor Mancilla, de triste recuerdo, por lo despiadado y fanático para defender a “su” jefatura militar: los fiscales militares de las cortes.
Un buen día de un verano muy caluroso en San Felipe, recuerdo que era domingo, ya hacia muchas semanas que los” baños” no funcionaban, no había agua y solo cuatro hoyos para poder hacer las necesidades, esos hoyos prontamente se llenaron y de rebalsaban, la hediondez era insoportable, el patio para 240 presos era de 20 x 5 metros, allí nos hacinaban en el día los gendarmes, había ciertas horas, si nos portábamos bien, una cancha de baby fútbol en otro sector de la cárcel, si bien la hediondez era fuerte, lo mas terrible era la plaga de moscas a eso de medio días, pues en las tardes no se veía el sol por la nube de moscas en ese presidio.
Yo era el único prisionero político de esa cárcel, ese domingo que yo relato, yo no tendría visita porque mi familia vivía lejos, así que me quede solo en una “carreta” leyendo un libro que me habían enviado de Grenoble en Francia, allá a lo lejos escuche un grito de un gendarme, “ese Piñones tiene visita” salí rápido y me estaba esperando en una puerta una anciana, que vestía muy pobremente, se acerco, me abrazo, me beso y me dijo “hijo al fin juntos” yo estaba sorprendido porque nunca había visto esa mujer, así fue que conversamos largo y apurado en esa hora de visita, algo me contó de su vida y de su misión de visitar a todos los prisioneros políticos, donde quiera que ellos o (as) estuvieran, al tope de la hora saco de su saco harapiento, una servilleta de papel con un pedazo de pan y la mitad de una palta, y se despidió, porque debía esperar a un micrero de buena voluntad que la regresara a Viña del mar, ella aun vive allí en lo alto de la Nueva Aurora.
Desde entonces me visito todos los domingos, llegaba cansada, enferma, pero igual me daba coraje y me contaba de los otros presos y de las gestiones que realizaban para lograr mi libertad, y fue así que me contó de los PP de la Cárcel Publica de Santiago, y sobretodo de un joven creador, poeta y de un combatiente de verdad, que según ella sobresalía de los otros que también eran valientes y comprometidos con la lucha del pueblo de Chile.
Me contó un poco de JORGE ESCOBAR, así de a poco fue conociendo en la cárcel de San Felipe algo mas de mis compañeros de cautiverios, sabia de sus huelgas de hambre a las que yo acompañaba solo en esa cárcel, sabia que habían ganado la reunificación de los luchadores en una sola cárcel y el derecho a visitas casi todos los días, esas conquistas costaron sangre, apaleos, torturas.
Mi familia pedía mi traslado a Santiago por razones de salud y yo solicitaba ir a La Ligua, donde era seguro que un día me “iría” de esa cárcel, así que fue derivado me dijeron al hospital de la Penitenciaria, pero no fue así, primero fue esposado de las manos en la guardia de la Cárcel de San Felipe, amarrado con cadenas los pies y lanzado adentro de una camioneta cercado por policías fuertemente armados, dos motos delante y otro carro celular detrás, confieso que nunca llegue mas rápido a la capital de Chile que ese día, iban enloquecidos, sirenas, pasos libres, llegado a la peni fui enviado a la galería donde “vivian” los mas grandes criminales del país, me metieron en una celda con 4 personas, quienes me prepararon un mate amargo y nos pusimos a conversar toda la noche, estaban allí por delitos muy fuertes y arrepentidos no estaban …
Mis abogados y la familia, mi esposa hacía esfuerzos sobrehumanos para rescatarme de allí y ser enviado al hospital de la peni, y así fue un día, pase a la enfermería y me dijeron por un “cáncer terminal”, mi esposa logro conseguir visita de dos horas, en la tarjeta de autorización decía dos horas, entre 12 a 14 y como quedaba espacio le agregamos todos los días, nadie se dio cuenta en la guardia y así sucedió, tenia todos los días mi esposa conmigo.
Paso un día a hablar conmigo el terrible capitán Letelier, para decirme que seria enviado a la cárcel Publica, porque así no dispuso el gobierno, y no a La Ligua donde “el sabia” que me fugaría. Un buen día llegue a la Cárcel Publica de Santiago allí estaban los dirigentes de los presos esperándome y ya habían preparado una celda para mí, Marcial y Marcelo.
Antes de salir de la peni llego desde Brasil a ese mismo hospital el guatón Romo, asesino despiadado y hombre de mano de la tiranía, lo encerraron en una celda de esa enfermería, allí fui un día a contarle algunas verdades a este criminal, no me dio pena cuando grito que estaba arrepentido, pero yo no le creí y no le creeré nunca a un torturador asesino y sádico.
Días después conocí a Escobar, joven, alegre, risueño con un aliento a flor de labios, escribía poesías, le gustaba el arte, era un esclarecido de la lucha popular, era muy querido por los estudiantes que nos visitaban en esa cárcel, llegaban a veces, juntos “los de abajo” y la “garra blanca”, juntos también hacían desfiles pidiendo nuestra libertad.
Escobar era Mapu y se sentía orgulloso de pertenecer a esa generación de nuevos luchadores, sabia que había avances y retrocesos en la lucha pero esta seguía por otros senderos, el camino es largo nos decía.
Algunos días después de llegar yo a esa cárcel, los PP acordaron realizar una huelga de hambre por nuestra libertad, debo confesar que contamos con mucha solidaridad nacional e internacional, nos tocó recibir muchos dirigentes sindicales o políticos de otros países, entre ellos un cónsul de Francia en Santiago que venia a pedirme que depusiera esa huelga de hambre y que se lo estaban pidiendo de Paris su gobierno, lo escuche, le agradecí, pero la huelga siguió por muchos días, flacos y enfermos salimos de esa nueva prueba.
Jorge Escobar era un poco el alma de ese movimiento al interior de la cárcel, se ocupaba de recibir a las visitas, de bien informar, de preparar juegos para entretener a los niños que llegaban a visitarnos de las escuelas de las poblaciones marginales, que nos traían de regalo una frase o un poema, fue memorable un Zorro de plástico que fabricaron Jorge y sus compañeros que lo instalaron justo en la puerta de entradas a las celdas, apenas llegaban los niños, lo primero que hacían era patear y romper a esa figura, que para ellos representaba a los carniceros de la dictadura.
Cuando Jorge Escobar se encuentra en Chile con un permiso especial dado por un tribunal, no por el gobierno de la Socialista Bachelet, visitando a su madre enferma, yo lo saludo una vez mas y a seguir exigiendo el regreso de todos los chilenos expatriados, los gobiernos de la concertación son buenazos para sacar de Londres al tirano, o de enviar cónsules a visitar a un fiscal asesino en Italia, de no aplicar una reforma para cambiar la constitución y los tribunales en Chile, nada hacen para hacer justicia real a los luchadores como Jorge y otros que aun están viviendo lejos de la patria amada, y a esos que aun viven en Chile clandestinos.
Vemos que de nuevo se consuma la traición, la concertación le debe sus puestos a estos luchadores antidictatoriales, aquellos jefes socialistas que prepararon su gente como oficiales por el mundo, lograron soldados en el interior, para después llegados al gobierno traicionaron a esa gente honesta, el PS tiene una pesada carga frente a la historia, si Allende estuviera vivo que diría de esos “compañeros”
Las más grandes represiones y torturas y asesinatos en las cárceles contra los prisioneros políticos fue cuando un socialista era jefe de Gendarmería, y que me dicen del triste papel de sujetos de ese partido en esa famosa “oficina” correa de transmisión del sapeo.
Yo no soy anti socialista, creo firmemente que aun quedan socialistas allendistas, con ellos debemos de trabajar juntos hasta lograr una unión de la izquierda de verdad.
De los otros apitutados nada esperamos, si no traición y más traición, por eso que frente a la cobardía de estos sujetos, yo le rindo un homenaje mas que merecido a Jorge Escobar, luchador ejemplar buscando la nueva aurora
Pedro Piñones Díaz
German comentó el 29 de Marzo, 2009 a las 1:33 pmLa lucha social es tan ingrata!
Cuando una tirania secuestra, tortura y asesina, la resistencia puede considerarse un crimen?
Existen un sin número de personas que siguiendo sus ideales, y sin búsqueda de beneficio personal, se enfrentaron a las dictaduras, y ahora se las trata como criminales.
Yo no soy político, pero me pregunto si es tan complicado reconocer, dignificar o por lo menos libertar a tantos luchadores sociales que hicieron lo único que podían hacer frente a una represión asesina e inhumana.
Abogo por libertad para ellos, por dignidad, reconocimiento y gratitud hacia ellos.
César, nos traes un vívido relato de algo que no debemos olvidar, gracias por ello.
Angélica G. comentó el 29 de Marzo, 2009 a las 7:02 pmCesar me encantó tu nota, por ningún motivo debemos olvidar la historia de los pueblos latinoamericanos, soy colombiana y al igual que muchos he vivido en carne propia los atropellos por parte de quienes nos gobiernan, la dignidad de un hombre es algo invaluable!
Lili comentó el 29 de Marzo, 2009 a las 7:18 pmEs aqui donde se confirma una vez mas, el ausentismo, hacia los verdaderos amantes de la patria.
..mas dignidad señores, mas dignidad.
Marcos comentó el 30 de Marzo, 2009 a las 6:15 am¿verdaderos amantes de la patria?
¿no sonará más realista asesino de niños para llamar a Escobar?
La madre de la niña muerta por sus cobardes balazos ya no podrá tener a su hija a su lado al momento de morir, porque Escobar, quien vive còmodamente en un pais desarrollado , la mató.
Esto si es impunidad de verdad.
“El 23 de mayo de 1989, en el paradero 22 de Santa Rosa, Jorge Escobar participó en una operación del Lautaro denominada “copamiento territorial”, donde pretendían asaltar una serie de tiendas. En la acción participaron cerca de 50 activistas entre unidades operativas y de contención armada.
En esa ocasión, Escobar protagonizó un tiroteo con una patrulla de Carabineros, en el que murió de un balazo la niña de cinco años Macarena Torres. Uno de los participantes en este enfrentamiento fue detenido días después por la policía. Según ex lautaristas, fue él quien entregó el nombre de Escobar.
La policía de la época le atribuyó luego una serie de atentados. Entre ellos, el asalto a dos policías en la población Joao Goulart con un revólver calibre .38 donde murió el cabo Julio Pavez; asaltar tiendas de San Diego y haber quemado una iglesia mormona de La Florida.” (Diario La Tercera)
Flor de Lis comentó el 30 de Marzo, 2009 a las 7:51 amBuen comentario el anterior, los opinantes de más arriba, ¿que le podrían decir a los padres de la niñita de 5 años muerta por Escobar? ¿O a los hijos del carabinero que mató?
¿Acaso les dirían que la niña y el Carabinero eran un “obstaculo para la recuperación de la democracia”?
¿Que deben sentirse orgullosos del asesino de su familiar?
Recuperación que, en verdad, nada hicieron estos delincuentes, pues Pinochet entregó el mando tal como lo habia promertido diez años antes. Nadie recuperó nada.
John J. comentó el 30 de Marzo, 2009 a las 11:44 amSólo señalar que para poder opinar con base en una noticia o un texto citado hay que aprender a leer. En la noticia en ninguna parte se dice de donde procedía la bala que mató a la niña. Tampoco se dice que haya sido Escobar el responsable de ese tiro. ¿No es extraño que un medio como La Tercera no lo diga si él fuera el responsable?
Y en segunda instancia, hay que destacar que el enfrentamiento fue en los años de dictadura, y Escobar, bien o mal, hzo lo que en ese momento le decía su conciencia, cosa que no todo el mundo puede decir… sobre todo en tiempos donde la comnciencia y la memoria son tan escasos… ni decir de la dignidad.
servando comentó el 31 de Marzo, 2009 a las 5:04 pmy no se habrán preguntado si fue la bala de un paco la que mató a la niña en cuestión? una bala desesperada y cobarde de los mismos que mataron a personas inocentes en la matanza de apoquindo? un paco se trastorna pegando balazos a lo loco, muestra su cobardía, su pobre argumentación para servir de guardián de los que lo explotan y exponen. piensen un poquito, que no es la primera vez que pasa, n dejará de pasar.
Marcos comentó el 1 de Abril, 2009 a las 10:46 amVerdad que los terroristas de los 80 solo usaban armas de palo, y sòlo si la ocasion lo ameritaba. No se preocupen, estos asesinos comunistas tenian abogados de primera que no hubieran aceptado que lo inculparan si la bala no hubiera provenido de su arma.
Mi conciuencia dice que a este asesino de niñas no debiera dejarsele entrar a Chile jamás, y si regresa, pagar por su delito como correesponde, no en la comodidad primermundista de Noruega.
silvia veronica araneda ortega comentó el 3 de Abril, 2009 a las 7:58 amPara mi se trata de humanidad, y una madre tiene derecho a ver a su hijo, se puede vivir en un país como Noruega, igual se siente el frío de la soledad, el aprender un nuevo idioma y el dolor de la distancia, el morir en vida a los que uno quiere. El amor de una madre y de un hijo es algo incondicional y el derecho a despedirse es algo que no esta en cuestionamiento, Siempre es fácil generalizar y referirse a lo que no se conoce, minimizar los problemas de los demás. Gracias por el articulo, gracias por mostrarnos que la vida es mas que la farandula que nos muestran los programas de television. Y espero que Jorge pudiese quedarse mas tiempo, que este gobbierno muestr gotitas de humanidad.
Bárbara comentó el 12 de Abril, 2009 a las 11:14 amMe angustia tanto la ausencia de altura en los debates. Hemos rebajado tanto el nivel que seguimos argumentando como en la niñez que aducía un golpe a cambio del robo de un caramelo o porque le pegaron a mi muñeca.
¡Tú me hiciste, yo te hago! Fuera de contexto, fuera de cualquier análisis medianamente inteligente. ¡Extraño tanto a la gente de la derecha a la que le funcinaba la cabeza! ¡Al menos la obligaban a una a usar la de una! ¡Ahora hay que buscar debate en otros mundos!
Por ahora, espero que al menos a los tibios de la Concertación si no se les anciende la dignidad al menos les quede algo de corazón y acabemos de una vez por toda con el exilio político en este país.