MARIA QUIROGA
PEDRO PIÑONES DIAZ
Mi abuela que tenia
una devorante voluntad
que descendía de las razas del sur
tenia muchas dudas sobre la eternidad
y cuando de eso reflexionaba
su sangre se hacia mas vieja.
Y su vida no fue nada de saludable
fueron siglos escondidos en esta tierra,
tampoco caía en melancolía
porque me decía que ella no pidió a nadie nacer.
En ese silencio cerrado del pasado
recibo como una flecha de Arauco
la confusión del humo de los braseros de antaño
y hoy me acerco a este mundo
para mirar los colores de los pájaros
y recordar a mi abuela
que distraía me soplaba una canción
de muerte y de sueños solitarios.
PEDRO PIÑONES DIAZ
Mi abuela que tenia
una devorante voluntad
que descendía de las razas del sur
tenia muchas dudas sobre la eternidad
y cuando de eso reflexionaba
su sangre se hacia mas vieja.
Y su vida no fue nada de saludable
fueron siglos escondidos en esta tierra,
tampoco caía en melancolía
porque me decía que ella no pidió a nadie nacer.
En ese silencio cerrado del pasado
recibo como una flecha de Arauco
la confusión del humo de los braseros de antaño
y hoy me acerco a este mundo
para mirar los colores de los pájaros
y recordar a mi abuela
que distraía me soplaba una canción
de muerte y de sueños solitarios.
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